Bilingual commentary: Obesity…And We Wonder Why?

By David Magallanes Guest contributor

David Magallanes

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There was an interesting juxtaposition of articles in this past week’s Ventura County Star. One of them* was entitled “Americans becoming more obese,” as in, what else is new? In the same section of the newspaper, there was an item about fast food icons offering delivery options to homes and offices throughout the U.S.

The first article starts with a statement that expresses the hopeless trajectory of our country’s health statistics: “America’s obesity problem just keeps getting bigger,” with the implication that there is no end in sight. And so the policymakers scratch their heads and wring their hands and wonder what can be done about this slow but steady “obesity creep.”

Apparently, not much, at least until we as a nation get our priorities straight. Fast food is firmly entrenched in our American culture, not to mention its insidious spread into the cultures of other countries that heretofore had healthy diets. The manufacturers tinker with our food supply until it bears no resemblance to the food that used to nourish even our more recent ancestors. Food used to be revered as sustainer of our lives, but that concept is now grossly skewed; rather, now it’s the money that junk and low-quality foods generate that is revered by food corporations. Manufactured “foods” laden with fat and calories are routinely used to reward our kids (for just about anything), or to “comfort” us, or to celebrate an event. After all, it’s our “right” as Americans to eat whatever we want. And too often, it seems, we do.

We as a nation, and as individuals, must take responsibility for our health and that of our children. And this suggests the key to resolving the problem of obesity in this country.

*Ventura County Star, November 13, 2015, p. 6A.

— David Magallanes is a writer, speaker, business owner and emeritus professor of mathematics. You may visit his web site, dedicated to honoring daughters and keeping them healthy, at www.roses4daughters.com. You may contact him through e-mail at dmagallanes@roses4daughters.com

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La Obesidad…¿Y Nos Preguntamos Por Qué?

Por David Magallanes / Columnista invitado

Hubo una interesante yuxtaposición de artículos en el periódico el Ventura County Star esta semana pasada. Uno de ellos* fue titulado, “Americans becoming more obese” (“Los americanos volviéndose más obesos”), en el sentido de “¿Y qué hay de nuevo?” En la misma sección del periódico, hubo otra columna que trataba el asunto de iconos de la comida rápida ofreciendo la opción de entrega a domicilios y a oficinas a través de los Estados Unidos y en otros países.

El primer artículo comienza con una declaración que expresa la trayectoria sin remedio de las estadísticas sobre nuestra salud en este país: “El problema de la obesidad en Estados Unidos se vuelve aún más grande” [mi traducción], insinuando que no se divisa el término de esta dificultad. Así que los forjadores de políticas se rascan la cabeza y retuercen las manos preguntándose qué hacer para resolver este paulatino pero a la vez constante crecimiento de la obesidad.

Aparentemente, no mucho, al menos hasta que nosotros, la gente americana, establezcamos un justo orden de nuestras prioridades. La comida rápida está firmemente atrincherada en nuestra cultura americana, sin mencionar su difusión en las culturas de otros países que hasta ahora han tenido dietas saludables. Los fabricantes de la comida juegan con los suministros de nuestros alimentos hasta que no se parezcan nada a lo que alimentaba a nuestros ancestros, incluso los más recientes. En el pasado, a la comida se le veneraba como el sostén de nuestras vidas, pero ese concepto ya está seriamente torcido; en cambio, ahora es el dinero que se genera por las comidas chatarras y de baja calidad lo que se venera por las corporaciones alimenticias. “Comidas” fabricadas y cargadas de grasas y calorías se usan para premiar a nuestros niños (por cualquier cosa), o para “consolarnos”, o para celebrar algún evento. Al fin y al cabo, es nuestro “derecho” como americanos comer lo que nos plazca. Y así lo hacemos, parece, con demasiada frecuencia.

En general, todo el país, tanto como cada quien, tiene que responsabilizarse por su salud igual que la de nuestros niños. Y esto sugiere la clave de la solución del problema de la obesidad en nuestro país.

*Ventura County Star, November 13, 2015, p. 6A.

— David Magallanes es un escritor, orador, dueño de un negocio y anteriormente un profesor de matemáticas. Usted puede visitar su sitio cibernético, dedicado a la honra y la salud de nuestras hijas, en www.roses4daughters.com. Se puede comunicar con él por e-mail a: dmagallanes@roses4daughters.com.

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