Bilingual commentary — Missing White vs. Minority Women

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By David Magallanes • Guest contributor

Many of us will remember the Gabby Petito saga from a little over a year ago. Gabby was a pretty 22-year-old woman who went missing and was found dead several days later. It was determined that her fiancé, Brian Laundrie, was a suspect. The month following the discovery of Gabby’s remains, his remains were found. An anthropologist determined that he had suicidally shot himself.  

There are many issues embedded in Gabby’s fateful, calamitous story. The intense wall-to-wall coverage of her tragic adventure highlighted the stark difference between media coverage of missing white women and girls as opposed to that covering missing Black, Hispanic, Indigenous, and other minority women. Although American males also disappear, it is the white females who garner the most media interest.

Gabby was a classic “all-American girl”: young, white, blonde, pretty, vivacious, and adventurous. But she was also troubled, as can be heard in her dialogue with police officers who were checking on her at one point.

The public’s interest in the search for Gabby was almost unprecedented. With the help of social media, news of her disappearance energized the self-styled sleuths and conspiracy theorists. The speculation surrounding her circumstances was unrelenting and extraordinary. The only silver lining in this dark tale is that the bodies of at least five missing persons were discovered during the massive manhunt for Gabby.

All of which begs the question: As heart-rending as Gabby’s tale is, what about the cases of all those missing Black, Hispanic, Indigenous, and other minority women that we hardly or never hear about? Proportionately, they are sought far less often and less intensely than white women. The parents of these missing individuals wonder why the disappearance of their children either never makes it on the news channels or is quickly forgotten as the media’s attention is drawn away by the next shiny, profitable story. 

Beside the sensationalism that the media strive to project, there are surely elements of racism in our society and a subsequent lack of interest in missing members of minority communities, which means less profit for the news media. 

Meanwhile, the families of the missing minorities must conduct their own searches without 24/7 media coverage, newspaper and magazine articles, podcasts, social media fundraisers, or a vast army of volunteers swarming over nooks and crannies across the country looking for their dearly missed. 

Efforts to resolve the disparities in media coverage and to boost cooperation by law enforcement have illuminated the complexity of the problem. State “task forces” charged with finding solutions often become mired in controversy and do not seem to accomplish enough to make a tangible difference. Critics point out that the issue will not improve much until the jurisdictions among the states, the tribal sovereign nations, and the federal government are clearly defined. 

But until then, families of the missing must either mourn on their own or mount their own searches with whatever resources they can gather. 

— Writing services are offered at my website, David Magallanes Writing ServicesDavid Magallanes is a retired college math educator.

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Perdidas: Mujeres Blancas vs. Mujeres Minoritarias

Por David Magallanes • Columnista invitado

Muchos recordaremos la saga de Gabby Petito de hace poco más de un año. Gabby era una hermosa mujer de 22 años que desapareció y fue encontrada muerta varios días después. Se determinó que su prometido, Brian Laundrie, era el sospechoso. Al mes siguiente del descubrimiento de los restos de Gabby, se encontraron los restos de Brian. Un antropólogo determinó que él se había suicidado con un tiro.

Hay muchos problemas incrustados en la fatídica y calamitosa historia de Gabby. La intensa cobertura de pared a pared de su trágica aventura resaltó la marcada diferencia entre la cobertura noticiera sobre las mujeres y niñas blancas desaparecidas en comparación con la cobertura de las mujeres negras, hispanas, indígenas y otras minorías desaparecidas. Aunque los varones estadounidenses también desaparecen, son las mujeres blancas las que atraen más interés mediático.

Gabby era una clásica “muchacha americana”: joven, blanca, rubia, bonita, vivaz y aventurera. Pero también estaba afligida, como se puede discernir en su diálogo con los policías quienes, en un momento dado, querían comprobar su bienestar.

El interés del público en la búsqueda de Gabby casi no tenía precedentes. Con la ayuda de las redes sociales, la noticia de su desaparición acabó con los autodenominados detectives y teóricos de la conspiración. La especulación en torno a sus circunstancias fue implacable y extraordinaria. El único lado positivo de esta oscura historia es que los cuerpos de al menos cinco personas desaparecidas fueron descubiertos durante la búsqueda masiva de Gabby.

Todo lo cual plantea la pregunta: a pesar de lo desgarradora que es la historia de Gabby, ¿qué pasa con los casos de todas esas mujeres negras, hispanas, indígenas y otras minorías desaparecidas de las que casi o nunca escuchamos? Proporcionalmente, se las busca con mucha menos frecuencia y menos intensidad que a las mujeres blancas. Los padres de estas personas desaparecidas se preguntan por qué la desaparición de sus hijas nunca aparece en los canales de noticias o se olvida rápidamente cuando la siguiente historia emocionante y rentable atrae la atención de los medios.

Además del sensacionalismo que los medios se esfuerzan por proyectar, seguramente hay elementos de racismo en nuestra sociedad y una consiguiente falta de interés en las personas de comunidades minoritarias, lo que significa menos ganancias para los medios de comunicación.

Mientras tanto, las familias de las minorías desaparecidas deben realizar sus propias búsquedas sin cobertura mediática las 24 horas del día y los 7 días de la semana, artículos de periódicos y revistas, podcasts, eventos para recaudar fondos en las redes sociales o un gran ejército de voluntarios pululando por los rincones y grietas de todo el país buscando a sus seres queridos desaparecidos.

Los esfuerzos para resolver las disparidades en la cobertura de los medios y para impulsar la cooperación de las fuerzas del orden han puesto de manifiesto la complejidad del problema. Los “cuerpos especiales” estatales encargados de encontrar soluciones a menudo se ven envueltos en controversias y no parecen lograr lo suficiente como para marcar una diferencia tangible. Los críticos señalan que el problema no mejorará mucho hasta que se definan claramente las jurisdicciones entre los estados, las naciones tribales soberanas y el gobierno federal.

Pero hasta entonces, las familias de las desaparecidas deben llorar por su cuenta u organizar sus propias búsquedas con los recursos que puedan reunir.

– – Servicios de escritura se ofrecen en mi sitio web, David Magallanes Writing ServicesDavid Magallanes es un profesor de matemáticas jubilado.

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