Bilingual commentary — Continuation of Attacks on Public Education

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By David Magallanes • Guest contributor

As our country tilts menacingly toward a theocratic autocracy, the attacks on our public education system are becoming relentless. In some states, there is a determined effort to infiltrate school boards and administrative posts with supporters of an ultra-conservative, right-wing ideology. A traditionally conservative philosophy in our schools’ governance might be something society could tolerate and even negotiate, but this is different.

In certain states (not so much here in California), there is a troubling Christian nationalist facet of this movement that seems to be working to undermine traditional public education. Curricula and books in public schools are being unmercifully scrutinized. Anything that smacks of “wokeness” is discarded and replaced with a “patriotic” form of education. “Wokeness” is a euphemism for “liberal education,” and “patriotism” is a nefarious euphemism for censorship and distortions of history and science that are destined to warp our students’ understanding of the world and their place in it.

While students in advanced countries become thoroughly grounded in history and science, ours in these states will be held back by a philosophy that wishes to deny them a solid foundation based on objective truth.

Arizona pays the lowest teacher salaries in the country. Needless to say, the state has been hemorrhaging teachers and now faces a severe teacher shortage. The “solution” to this problem was the passage of a law, SB 1159, which allows the state to hire teachers who have not even completed their college courses.

Traditionally credentialed teachers are being openly mocked. An influential anti-education activist, Christopher Rufo, is “suspicious” of teacher candidates with advanced degrees. They have been exposed, he claims, to the evils of “left-wing ideology.” With a straight face, he recommends that teaching candidates with master’s degrees not be hired because, as he cautions, those are the “crazies.”

The strategy appears to be this: hire the least qualified teachers, who do not yet have extensive training in “inclusiveness” or “equity.” They will be expected to fall into line when they are directed to discuss “involuntary relocation” rather than the severe impacts of the history of slavery in our country. They will face harsh retribution if they dare mention gender issues.

Ultimately, as some wise skeptics are warning us, parents will seek out charter schools within the voucher system. At these schools in many  states, teachers need not be properly credentialed by the state. Also in many districts, the charter and private school systems lead to increased segregation and a drain of funds from public schools, which is exactly what those on the far right seem to want to accomplish.  

We have recently seen how states that are flirting with authoritarianism, such as Florida, are actively facilitating “parental control” over public school curricula. This is having a devastating and chilling effect on teachers who are trying to teach their students about slavery, the Holocaust, and the massacre of Indigenous Americans – not to mention gender issues. 

Just several days ago, Betsy DeVos, former Secretary of Education under President Trump, made a statement that exemplifies the growing threat of “parental control” of schools. She told a conservative parental rights organization, “Moms for Liberty,” that the federal Department of Education should be “abolished” in order to pave the way for states to decide what children are taught. And we know what that means in conservative states.

California, mercifully, has strict rules for charter schools that counter the efforts of these states to undermine public education. In our state, teachers at charter schools must be highly credentialed. Private schools, on the other hand, are a very different matter. 

In our state, the left side of the political spectrum must take care not to push its progressive agenda too far. This has the potential to enflame Republicans and the independent voters, threatening California’s rational approach to its children’s education. 

— Writing services are offered at my website, David Magallanes Writing ServicesDavid Magallanes is a retired college math educator.

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Continuación de Ataques Contra la Educación Pública

Por David Magallanes • Columnista invitado

A medida que nuestro país se inclina amenazadoramente hacia una autocracia teocrática, los ataques a nuestro sistema de educación pública se vuelven implacables. En algunos estados, existe un esfuerzo decidido por infiltrar en las juntas escolares y los puestos administrativos partidarios de una ideología ultraconservadora de derecha. Una filosofía tradicionalmente conservadora en el gobierno de nuestras escuelas podría ser algo que la sociedad podría tolerar e incluso negociar, pero esto es diferente.

En ciertos estados (no tanto aquí en California), existe una preocupante faceta cristiana nacionalista de este movimiento que parece estar esforzándose por socavar la educación pública tradicional. Los planes de estudio y los libros en las escuelas públicas están siendo examinados sin piedad. Cualquier cosa que huela a “wokeness” se descarta y se reemplaza con una forma de educación “patriótica”. “Wokeness” es un eufemismo para “educación liberal”, y “patriotismo” es un eufemismo nefasto para la censura y las distorsiones de la historia y la ciencia que están destinadas a distorsionar la comprensión del mundo de nuestros estudiantes y su lugar en nuestra sociedad.

Mientras que los estudiantes en los países avanzados adquieren una base sólida en historia y ciencia, los nuestros en estos estados se verán limitados por una filosofía que desea negarles una base sólida basada en la verdad objetiva.

Arizona paga los salarios de maestros más bajos del país. No hace falta decir que el estado ha tenido una hemorragia de maestros y ahora enfrenta una grave escasez de maestros. La “solución” a este problema fue la aprobación de una ley, la SB 1159, que permite al estado contratar maestros que ni siquiera han completado sus cursos universitarios.

Los maestros tradicionalmente acreditados son objeto de burla abierta. Un influyente activista anti-educación, Christopher Rufo, “sospecha” de los candidatos a maestros con títulos avanzados. Han estado expuestos, afirma, a los males de la “ideología de izquierda”. Con toda seriedad, recomienda que no se contrate a los candidatos a la docencia con maestrías porque, advierte, esos son los “chiflados”.

La estrategia parece ser esta: contratar a los docentes menos calificados, que aún no cuentan con una amplia formación en “inclusividad” o “equidad”. Se esperará que se atengan a las normas cuando se les ordene discutir la “reubicación involuntaria” en lugar de los severos impactos de la historia de la esclavitud en nuestro país. Se enfrentarán a un duro castigo si se atreven a mencionar cuestiones de género.

En última instancia, como nos advierten algunos escépticos sabios, los padres buscarán “escuelas chárter” dentro del sistema de “vouchers”. En estas escuelas en muchos estados, los maestros no necesitan tener las credenciales apropiadas del estado. También en muchos distritos, los sistemas de escuelas autónomas y privadas conducen a una mayor segregación y una fuga de fondos de las escuelas públicas, que es exactamente lo que desean lograr los de extrema derecha.

Recientemente hemos visto cómo los estados que coquetean con el autoritarismo, la Florida, por ejemplo, están facilitando activamente el “control de los padres” sobre los planes de estudio de las escuelas públicas. Esto está teniendo un efecto devastador y escalofriante en los maestros que intentan enseñar a sus alumnos sobre la esclavitud, el Holocausto y la masacre de los indígenas estadounidenses, sin mencionar las cuestiones de género.

Hace apenas unos días, Betsy DeVos, la anterior Secretaria de Educación durante la administración del presidente Trump, hizo una declaración que ejemplifica la creciente amenaza del “control de los padres” en las escuelas. Ella le dijo a una organización conservadora de derechos de los padres, “Madres por la Libertad”, que el Departamento de Educación federal debería ser “abolido” para allanar el camino para que los estados decidan qué se les enseña a los niños. Y sabemos muy bien lo que eso significa en los estados conservadores.

California, afortunadamente, tiene reglas estrictas para las escuelas chárter que contrarrestan los esfuerzos de estos estados para socavar la educación pública. En nuestro estado, los maestros de las escuelas chárter deben estar altamente acreditados. Las escuelas privadas, por otro lado, son un asunto muy diferente.

En nuestro estado, el lado izquierdo del espectro político debe tener cuidado de no llevar demasiado lejos su agenda progresista. Esto tiene el potencial de inflamar a los republicanos y a los votantes independientes, amenazando el enfoque racional de California para la educación de sus hijos.

– – Servicios de escritura se ofrecen en mi sitio web, David Magallanes Writing ServicesDavid Magallanes es un profesor de matemáticas jubilado.

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