Bilingual commentary — The Invasion of Olvera Street

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By David Magallanes • Guest contributor

Olvera Street in Los Angeles is where history, culture, multicultural livelihoods, and now a pandemic all intersect. This street is the cornerstone of the very character and identity of Los Angeles. But now this iconic testament to Mexican culture in one of the nation’s oldest metropolises just south of us here in Ventura County is suddenly having incredulous visions of its demise.

Whenever I visit Olvera Street, the environment feels excruciatingly “tourist-y” with its gaudy displays of Mexican hats, Mexican-themed toys and sarapes.  At the same time, I can’t help but sense an odd familiarity.  The ubiquitous images of the Virgin of Guadalupe, the smell of Mexican food and the songs from Old Mexico that my parents and grandparents adored make this location a cultural ground zero for Mexicans and Americans of Mexican descent like me.

The history of Olvera Street is compelling, controversial and convoluted.  The original settlers in the area were the Native Americans of the Tongva Nation.  For centuries, they had been in what would become Los Angeles.  But like so many other native inhabitants, they were enslaved and decimated by the Spaniards who began arriving in the sixteenth century.

Agustín Olvera, after whom the street was named, was appointed as Los Angeles County’s first judge in 1850.  He oversaw the transition from Mexican to American governance of California.  The condition of the street deteriorated greatly soon after, becoming a haven for vagrants and poor immigrants. By the early 1900s, it almost appeared to be irredeemable.  But then “a miracle occurred.” Christine Sterling, a young, wealthy socialite with a ravenous appetite for history and a love of Mexican culture took Olvera Street under her wing and, to summarize a very long story, helped transform it into the vibrant Mexican marketplace that tourists flocked to—until March, 2020, when the music, the laughter, the savory aromas and the tourism all disappeared. The pandemic arrived and invaded the marketplace, reminiscent of the Spanish invasion centuries ago that had also produced much suffering and devastation.

Until just recently, business owners had been thriving and seeing busloads of tourists from around the globe disembarking into their shops and restaurants. But now they are seriously wondering if they can survive economically.* They’re not the only ones worrying in this country, certainly, but these businesses often go back generations and represent the historical heart of Los Angeles. The upcoming holiday season will be dangerous to public health, and the first months of 2021 would be slow even under the best of circumstances.  The next few months are guaranteed to be a long, cruel slog for any of the Olvera Street business owners who dare to stare down the pandemic.

Olvera Street may never return to its former glory—another victim of the pandemic that continues to upend the lives of so many.

Still, for now, let’s have the wisdom to wear our face masks and keep our distance to avoid, perhaps, even greater ruin to a way of life that is already changed forever.

*KCET Report: The Pandemic and Olvera Street

— David Magallanes is a retired college math educator.

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La Invasión de la Calle Olvera

Por David Magallanes • Columnista invitado

La Calle Olvera (“Olvera Street”) en Los Ángeles es donde se cruzan la historia, la cultura, los medios de vida de una variedad de razas, y ahora una pandemia. Esta calle es la piedra angular para el carácter y la identidad de Los Ángeles. Pero ahora, este icónico testimonio de la cultura mexicana en una de las metrópolis más antiguas de la nación, al sur de nosotros aquí en el condado de Ventura, de repente está teniendo visiones incrédulas de su desaparición.

Siempre que visito la calle Olvera, el ambiente se siente terriblemente “turístico” con sus llamativas exhibiciones de sombreros mexicanos, juguetes tipo mexicano y sarapes. Al mismo tiempo, no puedo evitar sentir una extraña familiaridad. Las omnipresentes imágenes de la Virgen de Guadalupe, el olor de la comida mexicana y las canciones del Viejo México que adoraban mis padres y abuelos hacen de este lugar un punto de encuentro cultural para mexicanos y estadounidenses de ascendencia mexicana como yo.

La historia de Olvera Street es convincente, controvertida y enrevesada. Los colonos originales de la zona eran los nativos americanos de la nación Tongva. Durante siglos, habían estado en lo que se convertiría en Los Ángeles. Pero como tantos otros habitantes nativos, fueron esclavizados y diezmados por los españoles que comenzaron a llegar en el siglo XVI.

Agustín Olvera, quien dio nombre a la calle, fue designado como el primer juez del condado de Los Ángeles en 1850. Supervisó la transición del gobierno mexicano al estadounidense de California. El estado de la calle se deterioró mucho poco después, convirtiéndose en un refugio para vagabundos e inmigrantes pobres. A principios de la década de 1900, casi parecía irredimible. Pero luego “ocurrió un milagro”.  Christine Sterling, una joven y adinerada dama de la alta sociedad con un voraz apetito por la historia y un amor por la cultura mexicana tomó la Calle Olvera bajo su protección y, para resumir una historia muy larga, ayudó a transformarla en el vibrante mercado mexicano al que acudían los turistas—hasta marzo de 2020, cuando la música, la risa, los sabrosos aromas y el turismo desaparecieron. La pandemia llegó e invadió el mercado, recordando la invasión española hace siglos que también había producido mucho sufrimiento y devastación.

Hasta hace poco, los dueños de negocios habían estado prosperando y viendo autobuses llenos de turistas de todo el mundo desembarcando en sus tiendas y restaurantes.  Pero ahora se preguntan seriamente si pueden sobrevivir económicamente.* Claro, no son los únicos en este país que se preocupan, pero estos negocios a menudo se remontan a generaciones anteriores y representan el corazón histórico de Los Ángeles. La próxima temporada navideña será peligrosa para la salud pública y los primeros meses de 2021 serían lentos incluso bajo las mejores circunstancias. Los próximos meses prometen ser un esfuerzo largo y cruel para cualquiera de los dueños de negocios de Olvera Street que se atreva a hacer frente a la pandemia.

Es posible que la Calle Olvera nunca regrese a su antigua gloria, otra víctima de la pandemia que continúa arruinando la vida de tantos.

 

Aun así, por ahora, tengamos la sabiduría de usar nuestras máscarillas faciales y mantener nuestra distancia para evitar, quizás, una ruina aún mayor a una forma de vida que ya ha cambiado para siempre.

*KCET Report: The Pandemic and Olvera Street

– – David Magallanes es un profesor de matemáticas jubilado.

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