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By David Magallanes / Guest contributor
It goes without saying that many people in this country struggle with mathematics. Unfortunately, being functionally innumerate (the mathematical equivalent of “illiterate”) is completely acceptable in our society. Talk show and program hosts commonly joke about “higher math” as they attempt to multiply or divide two single-digit numbers. It’s totally cool, and meant to be funny!
Over the decades, I’ve listened to many mathematically-broken souls, their stories about their humiliations, their disillusionment, their anguish, their complete lack of interest in early math, which then sets the stage for the Great Gatekeeper of the more highly remunerated careers: college and university math classes. Catching up after years of mathematical neglect is a daunting task. Some are able to pull it off, but many do not survive the breakneck speed of college math classes. They are forced into remedial math instruction before getting on that fast train. And we haven’t even mentioned their English classes, also extremely important for their success. The other disciplines, art, history, etc., supplement their instruction in ways we don’t always understand, but which are likewise necessary for attaining a true, formal education.
But there is at least one young man in the world who really wishes he’d learned his math. During his wedding last week in a village in India, the bride unexpectedly asked the groom a math question that would have stumped many, at least until they had time to pull out their cell phones and call up the calculator function. She is reported to have asked him to add 15 and 6. His reply was “17,” which, shall we say, disenchanted the bride. In fact, she walked — literally left him in front of everyone at the wedding before they even had a chance to get married.* Apparently, she did not want an innumerate husband.
And my college math students think I’m tough…
*This story was reported in the Ventura County Star, Oxnard Edition, March 14, 2015, p. 7A.
— David Magallanes is a writer, speaker and retired professor of mathematics. You may visit his web site, dedicated to honoring daughters and keeping them healthy, at www.roses4daughters.com. You may contact him through e-mail at dmagallanes@roses4daughters.com
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Cuando Reprobar las Matemáticas Realmente Duele
Por David Magallanes / Columnista invitado
No hace falta decir que muchas personas en este país batallan con las matemáticas. Desafortunadamente, faltar en los conocimientos básicos de las matemáticas es completamente aceptable en nuestra sociedad. Los locutores en programas de entrevistas por lo regular hacen burla de su incompetencia en la aritmética cuando intentan multiplicar o dividir dos números de un solo dígito. Está chido, ¡y hasta se hacen los graciosos!
A través de las décadas, he escuchado a esas almas matemáticamente destrozadas—los relatos de mis estudiantes, de sus humillaciones, su angustia, su desilusión, su total falta de interés en las clases elementales de las matemáticas, lo cual preparó el terreno para El Gran Portero de las carreras más lucrativas: clases de matemáticas en nuestros colegios y universidades. Ponerse al corriente después de años del descuido matemático es una faena amedrentadora. Algunos sí son capaces de lograrlo, pero muchos no sobreviven la rapidez a mata caballo de las clases de matemáticas en el colegio. Se ven obligados a tomar clases reparadoras antes de subirse al tren de alta velocidad. Y no hemos ni mencionado las clases de inglés, también sumamente importantes para el éxito. Las otras disciplinas, el arte, la historia, etc., suplementan su experiencia de una manera que a veces ni comprendemos, pero que son también necesarias para lograr una verdadera y formal formación académica.
Pero hay por lo menos un joven en este mundo quien de verdad espera que hubiera aprendido bien sus matemáticas. Durante su boda hace justamente una semana en un pueblecito de la India, la novia inesperadamente le preguntó al novio algo que hubiera dejado perplejo a mucha gente, al menos hasta que pudieran sacar su celular y aplicar la calculadora del aparato. Se nos informa que ella le pidió que sumara los números 15 y 6. Su respuesta fue “17”, lo cual, digamos, desencantó a la novia. De hecho, ella dio la media vuelta y dejó plantado al novio frente a todos asistiendo a la boda antes de que tuvieran la oportunidad de casarse.* Aparentemente, ella no quería un esposo que no servía para nada en los números.
Y mis estudiantes de matemáticas en el colegio creen que yo soy exigente…
*Documentado en un artículo del Ventura County Star, Edición Oxnard, 14 de marzo de 2015, p. 7A.
-– David Magallanes es un escritor, orador y profesor jubilado de matemáticas. Usted puede visitar su sitio cibernético, dedicado a la honra y la salud de nuestras hijas, en www.roses4daughters.com. Se puede comunicar con él por e-mail a: dmagallanes@roses4daughters.com
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