Editor’s note: Amigos805 welcomes guest columns, letters to the editor and other submissions from our readers. All opinions expressed in submitted material are those of the author and do not necessarily represent the viewpoint of Amigos805.
By David Magallanes / Guest contributor
Our beloved country has found itself in a bizarre reality of unfamiliar dimensions—an alternate universe—where up is left, down is right, big is small and tiny is huge. Verifiable sources and our direct perception tell us one thing, and the new White House administration tells us quite another. Outrageous claims are made (e.g., about massive “voter fraud”) without a shred of evidence to back them up.
The alarms have intensified since last year, when we were being alerted to this campaign of deception. There is ample—in fact, overwhelming—evidence that President Obama’s 2009 inauguration crowd was considerably larger than President Trump’s last month. This did not please Trump, who reacts impulsively to anything that might tarnish his brand. A couple of weeks ago and with a straight face, Trump aide Kellyanne Conway told Chuck Todd, host for NBC’s Meet the Press, that press secretary Sean Spicer was not making false statements when he claimed, contrary to the clear evidence, that his boss’s inauguration crowd was “the largest inauguration audience ever.” Spicer, Conway said, was giving “alternative facts”*—clearly a euphemism for “bald-faced lies.”
Just this past week, White House chief strategist Stephen Bannon said during an interview that the traditional media should “keep its mouth shut.” It would certainly serve the new administration’s purposes if the press were to roll over and play dead and not call out the egregious and potentially dangerous—when they’re not entertaining—“alternative facts” that are tossed out by Trump and his team, hoping or blindly assuming that the masses accept them as truth.
We are entering an era that portends an existential threat to our democracy. When the intent is to feed the masses a steady stream of false information, and at the same time attempt to muzzle the press, then our freedoms and way of life are in the crosshairs. Either this new administration is badly misinformed, treacherously manipulative, delusional, or some combination thereof. If nothing else, it promises to be an interesting four years, assuming this administration survives the inevitable and justifiable rage of its citizenry.
*CNN — Conway: Trump White House offered ‘alternative facts’ on crowd size
— David Magallanes is a writer, speaker and social network marketer. You may visit his web site, dedicated to honoring daughters and keeping them healthy, at www.roses4daughters.com. You may contact him through e-mail at dmagallanes@roses4daughters.com.
***
Universo Alternativo de Trump
Por David Magallanes / Columnista invitado
Nuestro querido país se ha encontrado en una extraña realidad de dimensiones desconocidas—un universo alternativo—donde arriba se encuentra a la izquierda, abajo queda a la derecha, grande es pequeño y diminuto es enorme. Fuentes verificables y nuestra percepción directa nos dicen una cosa, y la nueva administración de la Casa Blanca proclama algo muy diferente. Se hacen afirmaciones escandalosas (por ejemplo, sobre el “fraude electoral” masivo) sin un fragmento de evidencia para respaldarlas.
Las alarmas se han intensificado desde el año pasado, cuando comenzaron a ponernos sobre aviso tocante a esta campaña para engañar. Hay evidencia amplia—de hecho, abrumadora—de que la audiencia asistiendo a la inauguración del presidente Obama en 2009 fue considerablemente mayor que la del mes pasado del presidente Trump. Esto no le cayó en gracia al Sr. Trump, quien reacciona impulsivamente a cualquier cosa que pudiera empañar su marca. Hace un par de semanas y con una cara seria, la ayudante de Trump, Kellyanne Conway, le dijo a Chuck Todd, anfitrión de Meet the Press de la cadena de televisión NBC, que el secretario de prensa Sean Spicer no había hecho declaraciones falsas cuando afirmó que la audiencia asistiendo a la inauguración de su jefe fue la más grande en toda la historia. Spicer, dijo Conway, estaba ofreciendo “hechos alternativos”*—claramente un eufemismo para “mentiras flagrantes”.
La semana pasada, el jefe de estrategia de la Casa Blanca, Stephen Bannon, dijo durante una entrevista que los medios tradicionales deberían “mantener la boca cerrada” [traducido del inglés]. Sin duda, serviría a los propósitos de la nueva administración que la prensa se echara y se hiciera la muertita y que no expusiera los “hechos alternativos” tan atroces y potencialmente peligrosos—cuando no sean entretenidos—arrojados por Trump y su equipo, esperando o asumiendo ciegamente que las masas los acepten como algo verdadero.
Estamos entrando en una era que presagia una amenaza existencial para nuestra democracia. Cuando la intención es alimentar a las masas una corriente constante de información falsa, y al mismo tiempo intentar amordazar a la prensa, entonces nuestras libertades y forma de vida están en la mira. O bien este nuevo gobierno está mal informado, traidoramente manipulador, ilusorio, o alguna combinación de los mismos. Por lo menos, se nos prometen cuatro años interesantes, suponiendo que esta administración sobreviva la rabia inevitable y justificable de sus ciudadanos.
*CNN — Conway: Trump White House offered ‘alternative facts’ on crowd size
— David Magallanes es un escritor, orador y comerciante por las redes sociales. Usted puede visitar su sitio cibernético, dedicado a la honra y la salud de nuestras hijas, en www.roses4daughters.com. Se puede comunicar con él por e-mail a: dmagallanes@roses4daughters.com.