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By David Magallanes • Guest contributor
I have often thought about the burdens that girls and women have—burdens that are unique to them. It is often difficult, if not impossible, for men to comprehend the joys and traumas of childbirth, the stress of dealing with the menstrual cycle, the health issues that men will never have to consider for themselves.
I also sympathize with women’s constant need to protect themselves—from men. Certainly, female-on-male abuse and violence exist, but male-on-female brutality and assault is several orders of magnitude greater.
Women have one huge advantage over men that induces a secret jealousy in men: the ability to form deep and meaningful relationships with other women.
Deep in the male psyche, there is an unwritten rule that we men dare not contravene: “Thou shalt not create deep bonds with other men.” It’s something that is ingrained in us from our earliest years. Male loneliness is a wider epidemic than we suspect because men generally cannot bring themselves to admit that they are lonely.
We men fear that working to create a bond with another man would be perceived as blatant homosexuality. We fear that striving to create a nonsexual bond with other women would be construed as “odd” and might even call into question the caliber of our male sexuality. Hence, men often feel that there is little choice but to live a life of emotional isolation.
But among men, the absence of deeper bonds with others—both men and women—is a recipe for loneliness.
After all, in our culture, men must be emotionally “strong,” which means no admitting to our loneliness. To concede that we are lonely is considered a sign of weakness, something that we men are conditioned to avoid at all costs. This is where “toxic masculinity” intersects with men’s emotional needs—and there are no traffic lights at this intersection.
Men pay a steep price for their loneliness. A 2019 study found that men were 3.63 times more likely to die by suicide than women. Loneliness engenders feelings of despair and worthlessness, creating a perfect, deadly storm for men.
Furthermore, loneliness can lead to profound grievances and anger, which lead to even more loneliness. This is a vicious circle that has no good outcome. Anger and grievance are at the heart of the militia movement in this country. We did not see very many women involved in the violence at the January 6, 2021, insurrection. Nor do we commonly see women plotting to kidnap governors or blow up bridges and buildings.
So how are men to break the surly bonds that guarantee their loneliness?
Two significant paths toward fulfillment and happiness are 1) as trite as it may sound, finding meaning and purpose in life, and 2) creating a meaningful social network.
However, it may be difficult for men to find “meaning and purpose” when they are hurting so intensely because of the demands of toxic masculinity. And too many men simply don’t know how to “create a social network.” As we’ve already discussed, men feel trapped: in our culture of hypermasculinity, they can’t seek a bond with another man, and they don’t want to be perceived as “suspect” or “unmanly” if all they want is friendship with a woman.
A man in a lonely relationship or marriage may likewise feel trapped. Trying to spend time with other men might be perceived as “unsettling” or “disruptive” by his wife or girlfriend; and any time spent forming friendships with other women is immediately suspect and generally considered a grave threat by the partner. In other words, “knives out.”
Men may feel that they risk ridicule and rejection if they admit that they need help to overcome loneliness. But, for the sake of all who care for them, and especially for their own sake, they must risk and reach out. Seeking out counseling, joining an appropriate men’s group, or searching for social support in an organized group that cares about the emotional welfare of its members are all possible solutions for men who find themselves in the grips of a lonely mental environment.
— David Magallanes offers information about healthy lifestyles on his website, Magallanes Wellness Information Center. He is also a retired college math educator.
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La Epidemia de la Soledad Masculina
Por David Magallanes • Columnista invitado”
A menudo he pensado en las cargas que tienen las niñas y las mujeres, cargas que son exclusivas de ellas. A menudo es difícil, si no imposible, para los hombres comprender las alegrías y los traumas del parto, el estrés de lidiar con el ciclo menstrual y los problemas de salud que los hombres nunca tendrán que tomar en cuenta por sí mismos.
También simpatizo con la constante necesidad de las mujeres de protegerse—de los hombres. Por supuesto, existen abusos y violencia contra hombres por parte de las mujeres, pero la brutalidad y las agresiones contra las mujeres por parte de los hombres son varios órdenes de magnitud mayores.
Las mujeres tienen una gran ventaja sobre los hombres que induce celos secretos en los hombres: la capacidad de formar relaciones profundas y significativas con otras mujeres.
En lo profundo de la psique masculina existe una regla no escrita que los hombres no nos atrevemos a infringir: “No crearás vínculos profundos con otros hombres”. Es algo que está arraigado en nosotros desde nuestros primeros años. La soledad masculina es una epidemia más amplia de lo que sospechamos porque los hombres generalmente no pueden admitir que se sienten solos.
A los hombres nos da miedo que esforzarnos para crear un vínculo con otro hombre sea percibido como una homosexualidad flagrante. Tememos que el esfuerzo por crear un vínculo no sexual con otras mujeres se interprete como “extraño” e incluso pueda poner en duda el calibre de nuestra sexualidad masculina. Por lo tanto, los hombres a menudo sienten que no tienen más remedio que llevar a cabo una vida de aislamiento emocional.
Pero entre los hombres, la ausencia de vínculos más profundos con los demás (tanto hombres como mujeres) es una receta para la soledad.
Al fin y al cabo, en nuestra cultura los hombres deben ser emocionalmente “fuertes”, lo que significa no admitir nuestra soledad. Admitir que nos sentimos solos se considera un signo de debilidad, algo que los hombres estamos condicionados a evitar a toda costa. Aquí es donde la “masculinidad tóxica” se cruza con las necesidades emocionales de los hombres, y no hay semáforos en esta intersección.
Los hombres pagan un alto precio por su soledad. Un estudio de 2019 encontró que los hombres tienen 3.63 veces más probabilidades de morir por suicidio que las mujeres. La soledad engendra sentimientos de desesperación e inutilidad, creando una tormenta perfecta y mortal para los hombres.
Además, la soledad puede provocar profundos agravios e ira, los cuales provocan aún más soledad. Este es un círculo vicioso que no termina con buenos resultados. La ira y el agravio están en el centro del movimiento de milicias en este país. No vimos muchas mujeres involucradas en la violencia en la insurrección del 6 de enero de 2021. Tampoco vemos comúnmente a mujeres conspirando para secuestrar a gobernadoras o volar puentes y edificios.
Entonces, ¿cómo van los hombres a romper los amargos vínculos que garantizan su soledad?
Dos caminos importantes hacia la realización y la felicidad son 1) por trillado que parezca, encontrar significado y propósito en la vida, y 2) crear una red social significativa.
Sin embargo, puede resultar difícil para los hombres encontrar “significado y propósito” cuando sufren tan intensamente debido a las exigencias de la masculinidad tóxica. Y muchos hombres simplemente no saben cómo “crear una red social”. Como ya hemos comentado, los hombres se sienten atrapados: en nuestra cultura de hipermasculinidad, no pueden buscar un vínculo con otro hombre y no quieren ser percibidos como “sospechosos” o “poco masculinos” si lo único que quieren es amistad con una mujer.
Un hombre en una relación o matrimonio solitario también puede sentirse atrapado. Tratar de pasar tiempo con otros hombres puede ser percibido como “inquietante” o “perturbador” por su esposa, novia o compañera; y cualquier tiempo dedicado a formar amistades con otras mujeres es inmediatamente sospechoso y, en general, la pareja lo considera una grave amenaza. O sea, “cuchillos fuera”.
Los hombres pueden sentir que corren el riesgo de ser ridiculizados y rechazados si admiten que necesitan ayuda para superar la soledad. Pero, por el bien de todos los que se preocupan por ellos, y especialmente por su propio bien, deben arriesgarse y tender la mano. Posibles soluciones para los hombres que se encuentran atrapados en un entorno mental solitario son: buscar asesoramiento, unirse a un grupo de hombres apropiado o buscar apoyo social en un grupo organizado que se preocupe por el bienestar emocional de sus miembros.
– – David Magallanes ofrece información sobre un estilo de vida saludable en su sitio web, Magallanes Wellness Information Center. También es profesor de matemáticas jubilado.
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