Editor’s note: Amigos805 welcomes guest columns, letters to the editor and other submissions from our readers. All opinions expressed in submitted material are those of the author and do not necessarily represent the viewpoint of Amigos805.
By David Magallanes /Guest contributor
One of my favorite philosophers, Kahlil Gibran, speaks to us of pain, something we all feel either once in a while or day after day. And if not, then according to Mr. Gibran, we are not taking advantage of the profound wisdom that pain can bring to us.
The philosopher wrote: “And you would accept the seasons of your heart, even as you have always accepted the seasons that pass over your fields.”
That is, we should know ahead of time that there will be, without fail, emotional pain in our hearts. It is a natural process. The cold, the cloudiness and the storms visit the fields of the farmers just as surely as they invade our spirits.
The philosopher continues: “And you would watch with serenity through the winters of your grief.”
It is up to us to learn to accept with tranquility the “winters” of our souls, since only in this way do we gain wisdom to overcome the future storms that will continue testing us, time and time again.
The poet and philosopher warns us: “Much of your pain is self-chosen.”
This is something that we prefer not to hear. But looking at it carefully, we cannot deny that this is true. Sometimes — or almost always and very unnecessarily — we tend to choose the more painful path. Life does not have to be so difficult, but it is so easy to assure that indeed it is.
Speaking of the pain that we choose for ourselves, Mr. Gibran says: “It is the bitter potion by which the physician within you heals your sick self.”
If we were to understand this sentence in all of its depth, we would realize that within each of us there exists an infinite wisdom that works to heal and support us, and it would accomplish its mission, if only we would get out of its way.
Finally, let us take into account what our philosopher days with respect to this “physician” that is within us: “Therefore trust the physician, and drink his remedy in silence and tranquility; for his hand, though heavy and hard, is guided by the tender hand of the Unseen…”
I believe that this is the key to avoid many of the problems that a great many people in our society suffer. What these words, expressed with a great measure of compassion, tell us is that as painful as our sorrow might be, universal infinite love knows that the soul evolves and becomes stronger when it is forged and subjected to the fires of the bellows.
Unfortunately, too many people believe that “the physician” consists of prescription drugs given out so liberally by the medical system in this country. After all, they think, “Why withstand a sorrowful soul and gain the corresponding wisdom when obviously it is so easy for me to take medication that can remove me from the harshness of my reality and place me happily in the clouds?”
— David Magallanes is a writer, speaker and retired professor of mathematics. You may contact him at adelantos@msn.com
***
El Dolor Y La Aceptación
Por David Magallanes / Columnista invitado
Uno de mis filósofos favoritos, Kahlil Gibrán, nos habla del dolor, algo que todos sentimos o de vez en cuando o día tras día. Y si no, entonces según el Sr. Gibrán, no nos estamos aprovechando de la profunda sabiduría que nos pueda acarrear el dolor.
El filósofo escribió: “Y aceptaríais las estaciones de vuestro corazón así como habéis aceptado siempre las estaciones que pasan sobre vuestros campos”.
O sea, deberíamos saber de antemano que habrá, sin falta, dolor emocional en nuestros corazones. Es un proceso natural. El frío, la nebulosidad y las tempestades visitan los campos de los granjeros justamente como invaden nuestros espíritus.
El filósofo sigue: “Y esperaríais con serenidad a través de los inviernos de vuestra pena”.
Nos incumbe aprender a aceptar tranquilamente los “inviernos” de nuestras almas, porque solo así ganamos la sabiduría para sobrellevar las tempestades futuras que nos seguirán poniendo a prueba, una y otra vez.
El poeta y filósofo nos advierte: “Mucho de vuestro dolor es elegido por vosotros mismos”.
Esto es algo que preferimos no escuchar. Pero mirándolo detenidamente, no podemos negar que es cierto. A veces—o casi siempre y muy innecesariamente—tendemos a escoger el camino más doloroso. La vida no tiene que ser tan difícil, pero es tan fácil asegurar que de hecho sí lo es.
Hablando del dolor que escogemos para nosotros mismos, el Sr. Gibrán dice: “Es la porción amarga con la que el médico que hay dentro de vosotros cura vuestro ser enfermo”.
Si entendiéramos esta frase en su profundidad, nos daríamos cuenta que dentro de cada quien existe una sabiduría infinita que se esfuerza por curar y apoyarnos, y lograría cumplir con su misión, si tan solo nos quitáramos de su camino.
Por último, tomemos en cuenta lo que dice nuestro filósofo respecto a este “médico” que hay dentro: “Por tanto, confiad en el médico, y bebed el remedio en silencio y tranquilidad; porque su mano, aunque dura y pesada, guiada está por la tierna mano del Invisible”…
Pienso que esta es la clave para evitar muchos de los problemas que padece una gran cantidad de personas que sufren en nuestra sociedad. Lo que nos dicen estas palabras, expresadas con una gran medida de compasión, es que por dolorosa que sea nuestra pena, el amor infinito universal sabe que el alma se evoluciona y se vuelve más fuerte al forjarla, sometiéndola a los fuegos de la fragua.
Desafortunadamente, demasiada gente cree que “el médico” consiste en las drogas recetadas tan libremente por el sistema médico en este país. Piensan, a fin de cuentas, “¿Para qué aguantar el alma en pena y ganarme la sabiduría correspondiente cuando obviamente es tan fácil meterme un medicamento que me pueda alejar de toda la agudeza de mi realidad, y ubicarme felizmente en las nubes?”
— David Magallanes es un escritor, orador y profesor jubilado de matemáticas. Se puede comunicar con él por e-mail a: adelantos@msn.com.