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By David Magallanes / Guest contributor
In the Aug. 1, 2013, edition of the Ventura County Star, a letter to the editor caught my attention, likely because I had recently written an article about the tragic Trayvon Martin case in which a black juvenile was killed by an overzealous guard. The letter, with a heading identical to the title of this article, was written by a good citizen of our community, Stephen J. Schrader of Camarillo.
Mr. Schrader wrote that he works the swing shift and enjoys speed-walking around his neighborhood after getting off work, which means that he must be promenading on the sidewalks of his environs around midnight. However, to make a valid point, he complained that he was being “harassed” and “accosted” by members of his neighborhood watch, the police, sheriff’s deputies and dog-walkers, all of whom demanded to know what in the world he was doing out and about at that hour of the night. They interrogated him, questioning his “right” to be in the neighborhood at all.
Now, to get to his point, Mr. Schrader states that if he were a black man — which no doubt was the initial assumption made by many of the readers of this letter — he would have grounds for lawsuits and the absolute right to grumble about the entrenched racism in our society. But then he clarifies that in fact he is a 50-something white man. In other words, neither his ethnicity nor his age gave him any advantages. Anyone in our cities who parades around with no apparent purpose in the middle of the night is just asking for it: they are going to arouse suspicion, regardless of ethnic appearances, according to Mr. Schrader. I must admit, it’s hard to argue his point.
What I might question is the wisdom of being out and about as if the time of night does not matter. Mr. Schrader, I believe, is fortunate that it is only the authorities (or those who attribute themselves with authority) who are approaching him with questions.
When he was younger, my father used to tell me that when we went for walks in our neighborhood (which was not by any means affluent) during the day, he would carry in his hand a plastic shopping bag with something — anything — in it, simply to give the appearance of having a purpose as he strolled about the sidewalk.
Now, more than ever, I see his point.
— David Magallanes is a writer, speaker and retired professor of mathematics. You may contact him at adelantos@msn.com.
Caminatas Por La Noche
Por David Magallanes / Columnista invitado
En el periódico el Ventura County Star del 1ro de agosto de 2013, una opinión expresada en una columna me llamó la atención, probablemente porque recién yo había comentado sobre el caso trágico de Trayvon Martin, un joven de raza negra matado por un guardián digamos “altamente entusiasmado”. La carta enviada al editorial, de titulo similar al de esta misma columna, fue escrita por un buen ciudadano de nuestra comunidad, Stephen J. Schrader de Camarillo.
El señor Schrader escribió que él trabaja el turno de noche y que a él le encanta caminar rápidamente alrededor de su vecindad después de sus horas de trabajo, lo cual significa que ha de estar yendo de ronda a eso de la medianoche. Sin embargo, para señalar algo válido e importante, se quejaba de que algunos miembros de la vigilancia de la vecindad, la policía, los deputados del alguacil y hasta dueños de perros le estaban hostigando, exigiendo que les dijera qué rayos andaba haciendo a esas horas de la noche. Le interrogaban cuestionando su supuesto “derecho” de andar caminando por la vecindad a esas horas por cualquier razón.
Ahora, para hacer su punto, el señor Schrader declara que si él fuera un hombre de raza negra—lo cual sin duda fuera la primera suposición de muchos de los lectores de esta misiva—tendría la base para una demanda legal, igual que el derecho absoluto de quejarse del racismo arraigado en nuestra sociedad. Pero luego clarifica que él es, de hecho, un hombre anglosajón de unos cincuenta años. O sea, ni su etnicidad ni su edad le concedió ninguna ventaja. Cualquiera que ande por ahí sin aparente rumbo ni propósito a la las altas horas de la noche está provocando la sospecha, a pesar de su apariencia étnica, según el señor Schrader. Tengo que admitir, es difícil contradecir su argumento.
Lo que sí cuestiono es la sabiduría de andar por ahí fuera como si la hora de la noche no importara. Creo que el señor Schrader es muy afortunado que sean no más las autoridades (o aquellos que se atribuyen la autoridad) quienes se le están arrimando con preguntas.
Cuando él era más joven, mi padre me decía que cuando él andaba rondando por nuestra vecindad (la cual no era nada extravagante) durante el día, llevaba en la mano una bolsa de plástico de una tienda, dentro de la cual había algo—cualquier cosa—simplemente para que hubiera la apariencia de que él tuviera algún propósito al andar por las calles.
Ahora, más que nunca, me doy plena cuenta de qué hablaba.
– David Magallanes es un escritor, orador y profesor jubilado de matemáticas. Se puede comunicar con él por e-mail a: adelantos@msn.com.
(1) http://www.cnn.com/2013/07/19/politics/obama-zimmerman-verdict/index.html
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