Bilingual commentary: A Nudge toward Life Online

Editor’s note: Amigos805 welcomes local guest columns, letters to the editor and other submissions from our readers. All opinions expressed in submitted material are those of the author and do not necessarily represent the viewpoint of Amigos805.

David Magallanes

By David Magallanes • Guest contributor

There seems to be only one thing on our minds right now—everything related to the coronavirus.

As a result of the social and economic upheaval of the past few weeks, one of the biggest changes that many of us are making is learning to adapt to an online environment.  This strange, new land is relatively foreign to those of us of a “certain age” who are still considered “immigrants” by the younger digital natives who were born and raised in this cyber-land. These “netizens” enjoy all the benefits of cyberspace.  They navigate through every region of it effortlessly, to the chagrin of my chronological compatriots who were just settling into Facebook when the youngsters picked up and left—to Instagram.

The gradual shift to online education over the past few years has just accelerated as students and teachers begin to acclimate to this new mode of learning.  Certainly, it has its challenges for both instructors and students, but as with all the other technologies, the hills and mountains will eventually be leveled and peace will reign throughout the land. Then students rushing to get to their classes on crowded streets and highways will be seen as a quaint, anachronistic ritual of the past.

Let’s not doubt that some workers and their employers are more aware than ever of the potentially enormous benefits of online labor.  Work is more efficient. Meetings of any size are easily arranged and can be extraordinarily efficient. The lightly traveled freeways and resulting pristine air during our viral ordeal are just a hint of the environmental and psychological benefits derived from an America online.

Perhaps social media technology will not be as demonized as it had been by an older generation, now that it serves as a lifeline for many of us.  We would not otherwise have the instantaneous contacts with family and friends that we enjoy as we are forced to isolate ourselves—this time for a higher purpose: to protect those we love and appreciate in our lives.

— David Magallanes is a retired college math educator.

***

Un Empujoncito hacia la Vida En Línea

Por David Magallanes • Columnista invitado

Parece que hay un solo pensamiento en nuestras mentes en este momento: todo lo relacionado con el coronavirus.

Como resultado de la agitación social y económica de las últimas semanas, uno de los mayores cambios que muchos de nosotros estamos efectuando es aprender a adaptarnos a un entorno en línea. Este nuevo terreno es relativamente extraño para nosotros de “una cierta edad”. Todavía somos considerados “inmigrantes” por los nativos digitales más jóvenes que nacieron y se criaron en esta tierra cibernética. Estos “internautas” disfrutan de todos los beneficios del ciberespacio. Navegan a través de cada región sin esfuerzo, contribuyendo a las inquietudes de mis compatriotas cronológicos quienes apenas se estaban instalando en Facebook cuando los jóvenes respondieron y se nos fueron—a Instagram.

El cambio gradual a la escuela en línea en los últimos años se ha acelerado a medida que los estudiantes y los maestros comienzan a aclimatarse a este nuevo modo de aprendizaje. Ciertamente, hay retos tanto para los instructores como para los estudiantes, pero al igual que con todas las demás tecnologías, las colinas y las montañas eventualmente se nivelarán y la paz reinará en toda la tierra. Entonces, que los estudiantes se vayan apresurando a llegar a sus clases en las calles y carreteras concurridas serán vistos como un ritual pintoresco y anacrónico del pasado.

No dudemos que algunos de los trabajadores y sus empleadores son más conscientes que nunca de los beneficios potencialmente enormes de la mano de obra en línea. El trabajo es más eficiente. Las reuniones de cualquier tamaño se organizan fácilmente y pueden ser extraordinariamente eficientes. Las autopistas poco transitadas y el resultante aire prístino durante nuestra terrible experiencia viral son solo un indicio de los beneficios ambientales y psicológicos derivados de America en línea.

Quizás la tecnología de las redes sociales no será tan demonizada como lo había sido por la gente mayor, ahora que esa tecnología sirve como salvavidas para muchos de nosotros. De lo contrario, no tendríamos los contactos instantáneos con familiares y amistades que disfrutamos, ya que nos vemos obligados a aislarnos, esta vez con un propósito superior: proteger a aquellos que amamos y apreciamos en nuestras vidas.

– – David Magallanes es un profesor de matemáticas jubilado.

Editor’s note: Amigos805 welcomes comments on stories appearing in Amigos805 and on issues impacting the community. Comments must relate directly to stories published in Amigos805, no spam please. We reserve the right to remove or edit comments. Full name, city required. Contact information (telephone, email) will not be published. Please send your comments directly to frank@amigos805.com