By David Magallanes / Guest contributor
Some time ago I felt completely inundated by mail, receipts and documents that I would receive — and, as a result, accumulate — day after day after day. The very volume of that paper was overwhelming me. I was drowning in paper! When I started to have nightmares and anxiety that would unsettle me regarding this challenge, I gave up and decided that something had to change in my life. But not even that was enough for me to change my habits.
The damn paper was starting to appear all over the house, or hiding in the most remote corners. And of course, upon searching for that little note or that receipt that I needed so urgently … well, it was as if it had never existed. But I knew that I had seen it, that I had held it in my hand, that I had filed it in some place that at this moment was hiding from me.
At last, when I realized the enormous quantities of time and money that my disorganization was costing me, I decided to do what I should have done long ago: organize my life once and for all, which was sorely needed.
As would happen often during that time before the Internet, when I needed this information, I searched for and found a book that turned out to be my salvation: “File…Don’t Pile.”
The author, Pat Dorff, taught me how to categorize and store the gigantic wave of paper that was controlling my life so negatively. Upon getting my life in order, after many well-invested hours in setting up my system, I started to feel efficient, calm, and with a firm hand on the steering wheel that gave direction to my life.
To be successful in life, we have to be well organized. Now, when I look for a document or other paper in my filing system, I have it in hand in a matter of seconds — not hours. Or days, like before.
— David Magallanes is a writer, speaker and retired professor of mathematics. You may contact him at adelantos@msn.com
***
Archivando…No Acumulando
Por David Magallanes / Columnista invitado
Hace tiempo me sentí totalmente inundado por el correo, los recibos y los documentos que yo andaba recibiendo—y, como resultado, acumulando—día tras día tras día. El mero volumen de este papel me estaba abrumando. ¡Me andaba ahogando en puro papel! Cuando empecé a tener pesadillas y ansiedades que me inquietaban con respecto a este reto, me di por vencido y decidí que algo tenía que cambiar en mi vida. Pero ni eso era suficiente para que cambiara mis hábitos.
El condenado papel estaba empezando a aparecer por todos lados en mi casa, o escondiéndose en los rincones más alejados y remotos. Y claro, al buscar esa notita, ese recibo, aquel comprobante que tan urgentemente necesitaba…pues, era como si nunca hubiera existido. Pero yo sabía que lo había visto, que lo había agarrado en mi manita, y que lo había archivado en algún lugar que ahora me estaba esquivando.
Por fin, cuando me di cuenta de la enorme cantidad de tiempo y dinero que mi desorganización me estaba costando, decidí hacer lo que debiera haber hecho mucho tiempo atrás: organizar mi vida de una vez por todas, que mucha falta me hacía.
Como solía suceder durante esa época antes del Internet, cuando necesitaba esta información, busqué y encontré un libro que resultó ser mi salvación: “Archive…No Acumule” (“File…Don’t Pile”).
El autor, Pat Dorff, me enseñó cómo clasificar y almacenar la ola gigante de papel que tan negativamente controlaba mi vida. Al poner en orden mi vida, después de muchas horas bien invertidas en armar mi sistema, empecé a sentirme eficiente, tranquilo, y con una mano firmemente sobre el timón que dirigía mi vida.
Para ser un éxito en la vida, conste que tenemos que ser bien organizados. Ahora, al buscar un documento u otro papel en mi sistema de archivos, lo tengo en mis manos en cuestión de segundos—no horas. O días, como antes.
-David Magallanes es un escritor, orador y profesor jubilado de matemáticas. Se puede comunicar con él por e-mail a: adelantos@msn.com