By David Magallanes / Guest contributor
It isn’t just an illusion—the American middle class is indeed dying, slowly evaporating as the wealthy reap the benefits of insidious forces that shunt away the money that used to sustain the backbone of a prosperous populace. Now both the lower and wealthy classes are growing while those who continue to survive in the middle are finding it increasingly difficult to flourish and succeed.
Those of us who are older see it more clearly than the young, who were not around to see when single-income families were the norm, when retail and manufacturing jobs were plentiful, when higher education was readily accessible without a half-lifetime of debt, and yearly pay raises actually helped keep up with increasing costs of living. Today, on the other hand, two-income families often don’t earn enough to live comfortably, let alone thrive. The cost of a college education is exorbitant and burdensome, trade deals have ushered innumerable jobs outside the country, and technology has washed over and decimated the less-educated as they see their sources of income evaporate into cyberspace. Retailers like Walmart are trying to appeal to the higher and lower classes, leaving a gap in the middle.* Meanwhile, middle-class retail institutions like JC Penney, Sears and Macy’s are disappearing. Worker unions are being oppressed. Public schools and the free press are considered to be enemies of the people.
Paul Davidson, of USA Today, reports in a recent article** that most employees did not even get a pay raise in the past year. Meanwhile, the cost of an education that would push workers into higher-paying jobs spirals beyond the reach of most. Clearly, decisions and policies forged over the past decades have dealt the middle class a series of cruel blows. The screws are slowly being turned on the thumbs of this former economic powerhouse.
Statistics and graphs*** reveal the alarming trends that strike fear into the hearts of what remains of middle-class families. The share of middle-class wealth in the country has declined significantly and signals the slow but inexorable demise of a once-thriving societal stratum. Republican “tax reform” may prove to be the coup de grâce. The young now face formidable challenges as they enter a workforce that requires a greater academic preparation that is impossibly costly for many. In our region of the country and others, they cannot afford the homes that are on the market and quite casually declare their plan to leave the area as soon as they are able so that they can afford a life.
The middle class struggles with invisible foes that exercise the power to suppress it for their own purposes. During this holiday season, we can be grateful that we still have the freedom to make decisions regarding our economic viability. It is incumbent upon us to learn about non-traditional routes to financial independence, or at least toward financial stability and survival. The American Dream appears distant and beyond reach sometimes, but our creativity, persistence, and above all, imagination, will keep that dream alive. For without that dream, we may indeed be citizens, but citizens without hope. However, that’s not characteristic of who we are. After all, we’re Americans.
*MSN — Walmart’s latest deal confirms the death of the middle class
**USA Today — Raises: Survey shows 52% of workers didn’t get one in the past year
***Moyers & Company — 5 Charts That Show How the Middle Class Is Disappearing
— David Magallanes is a writer, speaker and professor of mathematics.
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La Muerte de la Clase Media
Por David Magallanes / Columnista invitado
No es solo una ilusión: la clase media estadounidense se está muriendo, y se está esfumando lentamente a medida que los ricos obtengan los beneficios de las fuerzas insidiosas que desvían el dinero que solía apoyar una población próspera. Ahora tanto las clases más bajas como las más ricas están creciendo mientras para aquellos sobreviviendo en el medio, es cada vez más difícil florecer y tener éxito.
Nosotros que seamos mayores lo vemos más claramente que los jóvenes, que no presenciaron la época cuándo las familias de un solo ingreso eran la norma, cuando abundaban los empleos menoristas y de manufactura, cuando la educación superior era fácilmente accesible sin una deuda opresiva de varias décadas, y los aumentos salariales anuales en realidad ayudaron a mantener el ritmo de los crecientes costos de vida. Hoy, por otro lado, las familias de dos ingresos a menudo no ganan ni lo suficiente para vivir cómodamente, y mucho menos para prosperar. El costo de una educación universitaria es exorbitante y gravoso, los acuerdos comerciales han dado lugar a innumerables empleos fuera del país, y la tecnología ha arrasado y diezmado a los menos-educados mientras sus fuentes de ingresos se les esfuman en el ciberespacio. Los menoristas como Walmart están tratando de atraer a las clases más altas y más bajas, abriendo una brecha en el medio.* Mientras tanto, las instituciones menoristas de clase media como JC Penney, Sears y Macy’s están desapareciendo. Los sindicatos de los trabajadores están siendo oprimidos. Las escuelas públicas y la prensa libre se consideran enemigos de la gente.
Paul Davidson, de USA Today, informa en un artículo reciente** que la mayoría de los empleados ni siquiera obtuvieron un aumento de salario en el último año. Mientras tanto, el costo de una educación que empujaría a los trabajadores a empleos mejor pagados queda fuera del alcance de la mayoría. Claramente, las decisiones y las políticas forjadas en las últimas décadas le han dado a la clase media una serie de golpes crueles. La clase media—esa potencia económica de antaño—está sintiendo los incrementos continuos de la presión económica.
Las estadísticas y las gráficas*** revelan las tendencias alarmantes que generan temor en los corazones de lo que queda de las familias de clase media. La riqueza de la clase media en el país ha disminuido significativamente y señala la desaparición lenta pero a la vez inexorable de un estrato social que alguna vez fue próspero. La “reforma fiscal” de los Republicanos puede ser el golpe de gracia. Los jóvenes ahora se enfrentan a formidables desafíos a medida que ingresan a una fuerza de trabajo que requiere una mayor preparación académica, la cual es increíblemente costosa para muchos. En nuestra región del país y otros, no pueden pagar las viviendas que están de venta y casualmente declaran su plan de abandonar el área tan pronto como puedan para poder seguir con sus vidas.
La clase media batalla contra enemigos invisibles que ejercen el poder de suprimirla para sus propios fines. Durante esta temporada navideña, podemos estar agradecidos de que todavía tenemos la libertad de tomar decisiones con respecto a nuestra viabilidad económica. Nos incumbe aprender las rutas no tradicionales hacia la independencia financiera, o al menos hacia la estabilidad financiera y la supervivencia. El Sueño Americano parece a veces distante y fuera de alcance, pero nuestra creatividad, persistencia y, sobre todo, nuestra imaginación mantendrán vivo ese sueño. Porque sin ese sueño, sí seguiríamos siendo ciudadanos, pero ciudadanos sin esperanza. Sin embargo, eso no nos caracteriza. Al fin y al cabo, somos estadounidenses.
*MSN — Walmart’s latest deal confirms the death of the middle class
**USA Today — Raises: Survey shows 52% of workers didn’t get one in the past year
***Moyers & Company — 5 Charts That Show How the Middle Class Is Disappearing
— David Magallanes es un escritor, orador y profesor de matemáticas.
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