Bilingual commentary: The Economically Troubled Generation of Women

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By David Magallanes / Guest contributor

David Magallanes

My daughter was born in the early 1980s. She’s close to the head of the pack of the millennial generation, whose fate it would be to encounter the devastating economic headwinds of the Great Recession of the mid-2000s just as they were attempting to gain a foothold in their young adult lives. They waltzed right into the perfect storm. At the time, their parents were in a panic, losing their jobs and sometimes their homes as the more affluent watched their investments evaporate. The job market for young people collapsed while older adults were taking whatever jobs they could find to keep food on the table for their families. Whereas a natural response for the young might have been to seek refuge in the colleges and starting or continuing their educations, the cost of that education was quickly spiraling upward, leaving many of them, to this day, with crushing student debt. The prices of homes deflated, but the young had no means to qualify for and acquire them. As the economy began to settle in the early 2010s, the prices of homes bounced far beyond their reach, leaving them once again without the means to grab on to the American Dream that their grandparents’ boomer generation had lived and enjoyed during the prosperous post-World War II era. The boomers “got” theirs; the millennials, for whom we had so much hope for a good life, lost out. Women have been particularly affected. Statistically, young adult black females, Latinas and other minority women have suffered the most from this rendezvous with a devastating economic recession and its disconcerting fallout.

This generation of women is doing worse than their mothers and grandmothers who preceded them*. To the current administration’s credit, President Trump signed bills that were drawn-up to attract more women into science, technology, engineering and mathematics (the “STEM” fields), but there is lag time between its implementation and tangible results. At the same time, however, federal safety nets, particularly for less-educated women, threaten to unravel further at the same time that health care for families faces a potentially frightening future.

We can’t expect this generation of millennials to prosper the same way that my boomer generation did. Relatively speaking, we were riding a wave of affluence and optimism, despite some turbulence, when we launched into adulthood in the 1950s and 60s. This generation of millennials is crashing onto the sand from the wave that they are riding. It could get even worse for them. Let’s try to help them, or at least feel some compassion for their plight. It’s not been easy for them.

*Information for this column was obtained from a Los Angeles Times article by Ann M. Simmons:

Study: Young American women facing overall demise in well-being

— David Magallanes is a writer, speaker and professor of mathematics.

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La Generación Económicamente Afligida de Mujeres

Por David Magallanes / Columnista invitado

Mi hija nació en los primeros años de la década de 1980. Ella está casi a la cabeza de la generación milenaria, cuyo destino sería enfrentar los devastadores vientos económicos de la Gran Recesión de mediados de los años 2000, justo cuando este grupo de jóvenes estaba tratando de afianzarse en su vida adulta. Estos milenarios entraron a la tormenta perfecta sin saber qué les esperaba. Durante ese tiempo, sus padres estaban en un pánico, perdiendo sus trabajos y a veces sus casas mientras que los más adinerados sufrieron cuando sus inversiones se iban esfumando. El mercado laboral para los jóvenes se derrumbó al mismo tiempo que los mayores estaban aceptando cualquier trabajo que pudieran encontrar para mantener la comida sobre la mesa para sus familias. Mientras que una reacción natural para los jóvenes podría haber sido buscar refugio en los colegios y comenzar o continuar sus estudios, el costo de esa educación subió frenéticamente, dejando a muchos de ellos, hasta el día de hoy, con una deuda estudiantil aplastante. Los precios de las casas se desinflaron, pero aun así, los jóvenes no tenían los medios para calificar y adquirirlas. A medida que la economía comenzara a sentar cabeza a principios de los años 2010, los precios de esas casas rebotaron mucho más allá de su alcance, dejándolos una vez más sin los medios para conseguir el sueño americano que la generación “boomer” de sus abuelos había alcanzado y disfrutado durante la época después de la Segunda Guerra Mundial. Como resultado, esta generación de “boomers” había prosperado. Los boomers tenían “lo suyo”; los milenarios, a pesar de todas nuestras esperanzas de que tuvieran una buena vida, perdieron en grande. Las mujeres han sido particularmente afectadas. Estadísticamente, las adultas afroamericanas jóvenes, las latinas y otras mujeres minoritarias han sufrido la mayor parte de este encuentro con una devastadora recesión económica y sus consecuencias desconcertantes.

A esta generación de mujeres les va peor que a sus madres y abuelas que la precedieron*. Hay que señalar que el Presidente Trump firmó proyectos de ley que fueron elaborados para atraer a más mujeres a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (“STEM”, según sus siglas en inglés), pero hay que esperar ese lapso entre su implementación y los resultados tangibles. Al mismo tiempo, sin embargo, esa protección federal, especialmente para las mujeres con menos educación, queda amenazada ahora que la asistencia médica para las familias se enfrenta a un futuro potencialmente aterrador.

No podemos imaginar que esta generación de milenarios prospere de la misma manera que mi generación de los “boomers”. Relativamente hablando, estábamos aprovechándonos de una ola de opulencia y optimismo, a pesar de algunas turbulencias, cuando nos lanzamos a la edad adulta en la década de los cincuenta o sesenta. Pero los milenarios se están estrellando contra la pared. Y hasta podría ser aún peor para ellos. Tratemos de ayudarlos, o al menos compadezcámonos de su situación. No ha sido fácil para ellos.

*Información para esta columna fue obtenida de un artículo en el Los Angeles Times por Ann M. Simmons:

Study: Young American women facing overall demise in well-being

— David Magallanes es un escritor, orador y profesor de matemáticas.

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