Bilingual commentary: Gratitude

By David Magallanes Guest contributor

David Magallanes

David Magallanes

Because of the expectations of our culture, we might feel that we never quite achieve “success,” or “contentment.” After all, whenever we do attain a degree of success or fulfillment, there’s always the next goal, the new challenge that others—or we ourselves—present to us. Happiness, then, is elusive, ephemeral, and as a result, always seems out of reach.

Hence the rampant neuroticism that surrounds and impinges on us. If we never learn to sustain the state of our own happiness, shades of neuroticism can seriously attenuate the sunlight that always shines for all of us, but that we don’t always allow to fully illuminate our lives.

There are many keys to happiness. Certainly, money isn’t one of them. We read or hear every day about some of the very wealthy abusing drugs or alcohol, leading violent lifestyles, or committing suicide. Although poverty will force people to scramble for survival, even here there are opportunities to cultivate an attitude of happiness, especially in an environment of strong family ties and healthy social interaction.

One of the essential ingredients of a life imbued with happiness is gratitude. Especially in this country, even the poor are relatively well off, compared to the desperately and dangerously poor who inhabit some of the most unfortunate regions of the world. Here in the United States, the poor, as well as the middle and upper classes, have much for which to be grateful.

By bowing toward our own personal mecca several times a day and offering thanks for all that we have, whatever that may be, we assure that happiness will fill our days, thereby compounding our happiness even further.

On Thanksgiving Day, and every day, let us give thanks. We are among the most fortunate people on earth.

— David Magallanes is a writer, speaker, business owner and emeritus professor of mathematics. You may visit his web site, dedicated to honoring daughters and keeping them healthy, at www.roses4daughters.com. You may contact him through e-mail at dmagallanes@roses4daughters.com

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Agradecimiento

Por David Magallanes / Columnista invitado

Debido a las expectativas de nuestra cultura, posiblemente creamos que jamás lograremos el “éxito”, o que nunca alcanzaremos la “alegría”. Al cabo que cuando sí logramos un dejo de éxito o satisfacción, siempre está la próxima meta, el nuevo reto que se nos presenta por otros—o por nosotros mismos. La felicidad, entonces, nos elude, es efímera, y como resultado, parece ser siempre más allá de nuestro alcance.

Por lo tanto el neuroticismo desenfrenado que nos rodea y que nos afecta. Si nunca aprendemos a sostener el estado de nuestra propia felicidad, la sombra del neuroticismo seriamente disminuye la luz solar que siempre brilla para todos nosotros, pero que no siempre permitimos iluminar plenamente nuestras vidas.

Hay muchas claves para la felicidad. Claro que el dinero no es una de ellas. Todos los días nos enteramos de que algunos de los muy adinerados abusen de las drogas o el alcohol, o que lleven estilos de vida violentos, o que se suiciden. Aunque la pobreza obliga a la gente a luchar para sobrevivir, aún aquí hay oportunidades para cultivar una actitud de felicidad, sobre todo en un ambiente que se preste a fuertes lazos familiares y la saludable interacción social.

Uno de los ingredientes esenciales para una vida imbuida de la felicidad es el agradecimiento. Sobre todo en este país, aún los más pobres, relativamente hablando, se encuentran económicamente cómodos, comparados con los desesperadamente pobres en peligro que habitan algunas de las regiones más desafortunadas del mundo. Aquí en Estados Unidos, los pobres, igual que las clases medianas y la flor y nata de la sociedad, tienen mucho de qué estar agradecidos.

Inclinándonos ante nuestra meca personal varias veces al día y ofreciendo agradecimiento por todo lo que tenemos, sea cual sea, aseguramos que la felicidad llenará nuestros días, y de ese modo nuestra felicidad se nos va multiplicando aún más.

El día de acción de gracias, y todos los días, demos las gracias. Somos entre los más afortunados del mundo.

— David Magallanes es un escritor, orador, dueño de un negocio y anteriormente un profesor de matemáticas. Usted puede visitar su sitio cibernético, dedicado a la honra y la salud de nuestras hijas, en www.roses4daughters.com. Se puede comunicar con él por e-mail a: dmagallanes@roses4daughters.com.

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