By David Magallanes/ Guest contributor
In the midst of turbulence and social upheaval in the Middle East today, and with prejudicial hatred against Muslims increasing throughout our country, it is hard for us to comprehend a time in which Islam was highly respected throughout the civilized world for its contributions to science and mathematics. As a boy, I remember looking into the starry night sky, star map in hand, memorizing the
names of stars with Arabic nomenclatures such as Aldebaran (follower of the Pleiades), Algol (head of the ghoul), Deneb (tail of the hen), Fomalhaut (mouth of the fish) and Rigel (foot of the giant). Islamic astronomy was highly respected and contributed enormously to Western astronomy as we know it today. The Islamic Golden Age stands in stark contrast to the current perverted Islamic revolution, as led by Islamic State and other false Muslims, which does not contribute at all, but rather destroys what past glorious civilizations had built. These desecrators of Islam glorify ignorance, kill, maim and torture, rather than educate and affirm the greatness of Islamic scholarship.
Today, when we hear the word “caliphate,” we automatically regard with disgust and horror the degenerate but influential and evil entity that is taking root in Syria, Iraq and Libya, ironically in the name of Allah. But around the year 1000 A.D., in the middle of the Islamic Golden Age, the Caliphate of Córdoba in Spain was highly regarded as a center of learning, contributing to fields as diverse as astronomy, commerce, agriculture, pharmacology, surgery and trigonometry. The Caliphate served as a central exchange for culture and science amongst the spheres of Judaism, Christianity and Islam. This was a time in which Jews and Arabs enjoyed cordial relations; Jewish workers helped to build the mosques that served the Arabic-speaking Muslims.
What a difference a thousand years makes.
— David Magallanes is a writer, speaker and professor of mathematics. You may visit his web site, dedicated to honoring daughters and keeping them healthy, at www.roses4daughters.com. You may contact him through e-mail at dmagallanes@roses4daughters.com.
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Edad de Oro del Islam
Por David Magallanes / Columnista invitado
En medio de la turbulencia y agitación social hoy día en el Medio Oriente, y con el odio prejudicial en contra de los musulmanes en aumento a través de nuestro país, es difícil para nosotros comprender una época en la cual el islam fuera sumamente respetada por todo el mundo civilizado debido a sus contribuciones a la ciencia y las matemáticas. Me acuerdo que, de muchacho, miraba cuidadosamente hacia el cielo nocturno, sembrado de estrellas, con un mapa de las estrellas en la mano, memorizándome los nombres de las estrellas con nomenclatura árabe; por ejemplo Aldebaran (seguidor de las Pléyades), Algol (cabeza del espíritu maligno), Deneb (cola de la gallina), Fomalhaut (boca del pez) y Rigel (pie del gigante). La astronomía islámica fue muy respetada y contribuyó enormemente a la astronomía occidental que hoy conocemos. La Edad de Oro del Islam queda severamente contrastado con la ahora pervertida revolución islámica, la cual es dirigida por el Estado Islámico y otros musulmanes falsos, lo cual no contribuye nada, sino al contrario destruye lo cual gloriosas civilizaciones del pasado hayan construido. Estos profanadores del islam prefieren la glorificación de la ignorancia, las matanzas, la mutilación y la tortura, más que la educación y la afirmación de la grandeza de la erudición islámica.
Hoy día, al escuchar la palabra “califato”, automáticamente pensamos disgustados y horrorizados en la entidad degenerada, pero influyente y malvada, que se encuentra arraigándose en Siria, Iraq y Libia, irónicamente en nombre de Alá. Pero más o menos en al año 1000 A.D., a la mitad de la Edad de Oro del Islam, el Califato de Córdoba en España gozó de una fina reputación como centro de aprendizaje, contribuyendo a campos diversos, tal como la astronomía, el comercio, la agricultura, farmacología, cirugía y trigonometría. El Califato sirvió como centro de intercambio para la cultura y la ciencia entre las esferas del judaísmo, el cristianismo e islam. En esta época, los judíos y los árabes gozaban de relaciones muy cordiales; obreros judíos contribuyeron a la construcción de las mezquitas que sirvieron a los musulmanes de habla árabe.
Qué diferencia hace mil años.
-– David Magallanes es un escritor, orador y profesor de matemáticas. Usted puede visitar su sitio cibernético, dedicado a la honra y la salud de nuestras hijas, en www.roses4daughters.com. Se puede comunicar con él por e-mail a: dmagallanes@roses4daughters.com.
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