Bilingual commentary: Goodbye to a Poet

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By David Magallanes / Guest contributor

David Magallanes

Ventura County lost a talented, energetic spark last month. We had been given the gift of an inspiring poetry teacher in 1992, and now she’s gone, having died last month at the age of 68 due to cancer.

Shelley Savren, the “Poet Laureate of Oxnard College” was spirited away to that other dimension to which she alluded in so many ways throughout her poetry. What was so special about this poet is that she not only composed poetry—she taught it to literally tens of thousands others. She taught not only college students. As we trace the arc of her life, we become aware that she taught the “lost children” scattered throughout our elementary, middle and high school classrooms and gave the receptive students the star of poetry on which to hitch their wagons. She taught hard-core male prisoners whose hearts had hardened but that she softened with the hopeful balm that is poetry. She taught children in schools how to love and create poetry. She taught teachers how to teach this most sublime form of literature to children of all ages and backgrounds. She encouraged all of her students to commit to appreciating poetry. Some of them went on to major in language arts and creative writing. I know. Not long ago, I was one of her students in two of her literature classes at Oxnard College. I saw firsthand the passion with which she provided her students the means to navigate the universal expressions of kindness and hatred, fear and longing, of the joy and peace encountered in poetry. My friend and colleague Shelley and I had spent many hours talking about poetry, literature and the art of publishing books. Her message to all of us was that poetry is a form of salvation that could rescue our souls from the raging tempests, as well as launch our spirits to dizzying heights that give us a perspective we may have thought unattainable.

The shock of Shelley’s sudden decline in health and then demise reverberated through the gathering of family, friends and colleagues at her memorial service several days ago. Along with the rabbi, we laid her to rest and thanked her for a lifetime of service and her dedication to promoting the love of poetry. Now it is up to us who were touched by Shelley’s spirit to share the gift of poetry that she had so eagerly given us.

For many years, Shelley had directed the Literature, Arts and Lecture Series at Oxnard College. That torch is being passed to a younger generation of faculty there who are enthusiastic about continuing this tradition in Shelley’s honor. Oxnard College has been blessed by Shelley’s undying zeal to bring the literary arts to the community.

Shelley’s life was meaningful in so many ways. We can all only hope that our lives, too, will have the power to influence and illuminate future generations.

— David Magallanes is a writer, speaker and professor of mathematics.

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Adiós a Una Poeta

Por David Magallanes / Columnista invitado

El Condado de Ventura perdió a una chispa talentosa y enérgica el mes pasado. En 1992, se nos dio el regalo de una inspiradora maestra de poesía, pero ya se nos ha ido, habiendo fallecido a la edad de 68 años debido al cáncer.

Shelley Savren, la “Poeta Laureada del Colegio de Oxnard” se alejó a esa otra dimensión a la que aludía de muchas maneras a lo largo de su poesía. Lo que era tan especial en esta poeta es que no sólo componía la poesía, sino que la enseñó, literalmente a decenas de miles de personas. Ella enseñó no sólo a los estudiantes universitarios. A medida que rastreamos el arco de su vida, nos damos cuenta de que ella había enseñado a los “niños perdidos” esparcidos por nuestras aulas de las escuelas primarias y secundarias, y dio a los estudiantes receptivos la capacidad para apreciar la poesía. Ella enseñó a los prisioneros masculinos que habían endurecido sus corazones, los cuales ella suavizó con el bálsamo esperanzador que es la poesía. Ella enseñó a los niños en las escuelas cómo valorar y crear poesía. Enseñó a los maestros cómo enseñar esta forma de literatura más sublime a los niños de todas las edades y orígenes. Ella alentó a todos sus estudiantes a comprometerse a apreciar la poesía. Algunos de ellos se trasladaron a las universidades para especializarse en las artes literarias y la escritura creativa. Yo lo sé. No hace mucho, yo era uno de sus estudiantes en dos de sus clases de literatura en el Colegio de Oxnard. Vi de primera mano la pasión con la cual ella proporcionaba a sus estudiantes los medios para navegar las expresiones universales de la bondad y el odio, el miedo y el anhelo, la alegría y la paz que encontramos en la poesía. Mi amiga y colega Shelley y yo habíamos pasado muchas horas platicando sobre la poesía, la literatura y el arte de la publicación de libros. Su mensaje a todos nosotros era que la poesía es una forma de salvación que podía rescatar a nuestras almas de las tempestades, así como lanzar nuestros espíritus a alturas vertiginosas que nos dieran una perspectiva que a la mejor pensábamos era inalcanzable.

La conmoción de la súbita disminución del estado de salud de Shelley y luego su desaparición reverberaron a través de la reunión de familiares, amigos y colegas durante su servicio conmemorativo hace varios días. Junto con la rabina, llevamos al reposo a Shelley y le dimos las gracias por toda una vida de servicio y por su dedicación a promover el amor por la poesía. Ahora nos toca a nosotros influenciados por el espíritu de Shelley compartir ese regalo de la poesía que ella nos había dado con tanto entusiasmo.

Durante muchos años, Shelley había dirigido El Ciclo de Presentaciones de la Literatura y las Artes del Colegio de Oxnard. Esa antorcha ya se está pasando a una generación más joven de profesores que están muy entusiasmados con continuar esta tradición en honor de Shelley. Oxnard College ha sido bendecido por el eterno celo de Shelley de traer las artes literarias a la comunidad.

La vida de Shelley era significativa de muchas maneras. Todos podemos esperar que nuestras vidas también tengan el poder de influir e iluminar a las generaciones futuras.

— David Magallanes es un escritor, orador y profesor de matemáticas.

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