By David Magallanes / Guest contributor
Children delight us, although at times they may bother or even anger us. But our children are our treasure, and nothing is more important than their upbringing and their health. The success of our efforts is measured according to their happiness and well-being throughout their journey in this life. Therefore, we, their parents, have an enormous responsibility in our hands.
But sometimes I have to wonder just how seriously we accept that responsibility. Or even if it occurs to us that a large measure of the level of our children’s happiness and health, as well as the length and breadth of their physical existence, has to do with food. It also has to do with how we teach them to relate to the food that so abundantly surrounds us, especially in this country, the richest in the world.
We are profoundly submerged in a culture that promotes food that not only is not healthful, but that in fact does us harm, attenuates our health, and even kills us prematurely.
It’s because of the aforementioned that it does not penetrate my skull for what reason the elementary schools have the perverse habit of “awarding” their students with cheap food (surely so that the ceremony or event remains within budget), with, for example, pizza with cheese … and more cheese … and preservative-laced meats. As if our children, many of whom struggle with obesity or being overweight, needed those enormous quantities of fat and calories.
Our children have enough of a challenge in the face of this flood of cheap food without the schools encouraging them to eat it — not because they’re hungry, but simply to celebrate.
There will always be something to celebrate. And by all means, let’s celebrate! We Latinos, especially, have the knack to celebrate in style! The problem is that since childhood we are taught and trained to celebrate with, shall we say, the food that is, at the same time, the least healthy and most harmful.
— David Magallanes is a writer, speaker and retired professor of mathematics. You may contact him at adelantos@msn.com
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Comentario: Los Niños, la Escuela y la Comida
Por David Magallanes / Columnista invitado
Los niños nos deleitan, aunque a veces nos fastidian o nos enfadan. Pero nuestros hijos son nuestro tesoro, y no hay nada más importante que su crianza y su salud. El éxito de nuestros esfuerzos se mide según su felicidad y bienestar a través de toda su jornada en esta vida. Así que nosotros, sus padres, tenemos una enorme responsabilidad en nuestras manos.
Pero a veces yo me pregunto qué tan seriamente aceptamos esa responsabilidad. O hasta si nos cae el veinte de que una gran parte del nivel de felicidad y salud de nuestros hijos, tanto como lo largo y ancho de su existencia física, tiene que ver con la comida. También tiene que ver con cómo les enseñamos a relacionarse con los comestibles que nos rodean tan abundantemente, sobre todo en este país, el más rico del mundo.
Estamos profundamente sumergidos en una cultura que promueve comida que no solamente no es saludable, sino que de plano nos hace daño, atenúa nuestra salud, y hasta nos mata prematuramente.
Es por todo lo ya mencionado que no me entra en la cabeza por qué razón las escuelas primarias tienen la costumbre perversa de “premiar” a sus estudiantes con comida barata (seguramente para que la ceremonia o el evento quede dentro del presupuesto), por ejemplo, con pizza de queso…y más queso…y carne grasosa reforzada con preservativos. Como si a nuestros hijos, muchos de los cuales luchan con la obesidad o con estar sobrepeso, les hiciera falta esas enormes cantidades de grasa y calorías.
Bastante reto enfrentan los niños ante este diluvio de comida chafa sin que las escuelas los animen a comérsela–no porque tienen hambre, sino simplemente para festejar.
Siempre habrá algo que festejar. ¡Y por supuesto, que festejemos! Nosotros los latinos, sobre todo, tenemos la maña de festejar en grande! El problema es que estamos educados y entrenados desde chiquitos a celebrar con, digamos, la comida que es, al mismo tiempo, menos saludable y más dañosa.
-David Magallanes es un escritor, orador y profesor jubilado de matemáticas. Se puede comunicar con él por e-mail a: adelantos@msn.com