Bilingual commentary: Catholics and Hatred

David Magallanes

By David Magallanes / Guest contributor

A news item published several days ago tells about two threatening letters sent to a Catholic church in Santa Cruz, California. A few weeks ago, someone had scribbled anti-Catholic graffiti on the walls of the same church. Obviously, someone doesn’t like Catholics.

Meanwhile, in the Middle East and Africa, Christians, including the Coptic Catholics of Egypt, are currently running scared by the threats and even the executions carried out by fanatical Islamists. In these countries, going to Mass constitutes a serious risk, including a possible massacre of the faithful, such as that witnessed in Egypt last year.

In the particular case of my family, the four grandparents fled their beloved Mexico, not because of any financial necessity (they were quite comfortable in their environment), but because of the persecution against Catholics at that time. One of my uncles, a “Cristero” in the state of Guanajuato, was threatened with death. All of his Cristero companions had already been executed by government forces.

Upon reading the history of the United States, we become aware of the suffering of the first Catholics in this country founded by Protestants, including the Puritans, who did not hesitate to express their suspicions and anger toward the followers of the Roman pope.

I recall how in 1960, when John F. Kennedy aspired to the presidency of the U.S., many were questioning his ability to run the country independently of the Holy See. We had never before had a Catholic president, and there were plenty of doubts when this became a real possibility. And now, in the same fashion, just ask Mitt Romney, a Mormon, if religious discrimination is a factor in his success during the current presidential campaign.

In the end, being Catholic exposes one to discrimination, suspicion and even hatred. The Jews — in the past as in the present — know better than anyone else how this feels — and then some.

But if anyone declares him/herself Catholic, he/she should do so with an air of dignity and pride. For me, being Catholic is an integral part of who I am. I may or may not be a “practicing” Catholic, but nonetheless I was born Catholic, and for better or for worse, Catholicism played a big part in my formation during my childhood and adolescence. My heritage is Mexican and Catholic, and I will never be able to honestly renounce one or the other.

— David Magallanes is a writer, speaker and retired professor of mathematics. You may contact him at adelantos@msn.com

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Los Católicos y el Odio

Por David Magallanes / Columnista invitado

En una noticia publicada hace unos días, se habla de dos cartas amenazantes enviadas a una iglesia católica en Santa Cruz, California. Hace unas semanas, en las paredes de la misma iglesia, alguien había dejado garabatos y símbolos anti-católicos. Obviamente, a alguien, no le cae bien el catolicismo.

Mientras tanto, actualmente en el Medio Oriente y en África, los cristianos, incluyendo a los coptos católicos de Egipto, andan bien asustados debido a las amenazas y hasta las matanzas llevadas a cabo por los islamistas más fanáticos. En esos países, ir a la misa constituye un serio riesgo, incluyendo el posible masacre de los fieles, tal y como haya ocurrido en Egipto el año pasado.

En el caso particular de mi propia familia, los cuatro abuelos mexicanos huyeron de su querido México, no por necesidad financiera (estuvieron bastante cómodos en su ambiente), sino por la persecución en contra de los católicos durante esa época.  Uno de mis tíos, un cristero en el estado de Guanajuato, fue amenazado de muerte. Todos sus compañeros cristeros ya habían sido ejecutados a balazos por las fuerzas gubernamentales.

Al leer la historia de los Estados Unidos, nos damos cuenta del sufrimiento de los primeros católicos en este país fundado por protestantes, incluyendo los puritanos, quienes no se detenían a expresar sus sospechas y su rencor en contra de los seguidores del papa romano.

Me acuerdo como en 1960, cuando John F. Kennedy aspiraba a la presidencia de los EE. UU., muchos cuestionaban su habilidad para dirigir el país independientemente de la Santa Sede.  Jamás habíamos tenido un presidente católico, y abundaban las dudas cuando esta posibilidad se nos presentó.  Ahora, de igual manera, pregúntele a Mitt Romney, un mormón, si la discriminación religiosa es un factor en su éxito durante la actual campaña presidencial.

En fin, ser católico expone a uno a la discriminación, la sospecha y hasta el odio. Los judíos—en el pasado tanto como en el presente—saben mejor que nadie más como se siente esto…y con creces.

Pero si uno se declara católico, que lo haga con un aire de dignidad y orgullo. Para mí, ser católico es una parte íntegra de quién yo soy.  Practicante o no, no obstante nací católico, y para bien o para mal, el catolicismo fue una gran parte de mi formación durante mi niñez y adolescencia.  Mi herencia es mexicana y católica, y jamás podré renunciar honestamente al uno o al otro.

-David Magallanes es un escritor, orador y profesor jubilado de matemáticas.  Se puede comunicar con él por e-mail a: adelantos@msn.com